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Fundamentos de la economía de Mercado
La palabra "economía" proviene de un término griego que significa "el que administra un hogar". Ello refleja que los hogares y las economías tienen mucho en común. En efecto, ambos enfrentan múltiples decisiones. En el hogar se decide que miembro de la familia hace cada tarea, y que obtiene en retorno; a su vez una sociedad debe decidir que trabajos serán ejecutados, quién se hará cargo, y cómo se distribuirá el producto obtenido.
La administración de los recursos de una sociedad es importante porque los recursos son escasos. Eso quiere decir que la sociedad tiene menos que ofrecer en relación a lo que la gente desearía obtener. La economía es precisamente el estudio de cómo la sociedad administra sus escasos recursos. En las sociedades, que no son centralmente planificadas, los recursos se asignan como resultado de las decisiones de miles de personas, las mismas que interactúan a través de los distintos mercados donde se negocian los diferentes bienes y servicios. En este proceso la economía se rige por ciertos principios y fundamentos que permiten entender su funcionamiento y el de los distintos mercados que la conforman, incluyendo los mercados financieros y de valores.
Los Principios
Sí bien es cierto que se pueden exponer un significativo número de principios que de manera general gobiernan el desempeño del mercado, podemos citar los más relevantes desde nuestra óptica de estudiar los mercados financieros.
Primer principio: Los individuos deben escoger
La primera lección se resume en la conocida frase "no existe lonche gratis"; revelando que usualmente para obtener un bien debemos dejar de lado algún otro bien. Tomar decisiones implica elegir, obtener algo y sacrificar otra cosa. Un ejemplo típico de este proceso ocurre cuando elegimos entre consumir nuestros ingresos hoy o guardar parte de éstos (ahorrar) para consumirlos en el futuro.
El hecho de que conozcamos que enfrentamos elecciones, no nos indica por sí mismo que decisión será adoptada. Sin embargo, es importante conocer que estamos inmersos en este proceso, a fin de buscar entender mejor las opciones que disponemos.
Segundo principio: El costo de algo es lo que estamos dispuestos a dar a cambio
En razón de que la gente debe elegir, tomar decisiones requiere que se comparen los costos y beneficios de cursos de acción alternativos. En esa lógica se entiende que existe un costo de oportunidad, en el sentido de las oportunidades que se dejan de lado al optar por una de las alternativas. Ese costo que absorbemos refleja precisamente lo que estamos dispuestos a dar a cambio de lo que elegimos. Nótese además que esta es una decisión particular y por tanto de carácter subjetivo; esto es que no es equivalente para distintas personas. Así tenemos que un inversionista puede decidir comprar DPFs, dejando de lado la alternativa de usar ese mismo dinero para comprar cuotas de un Fondo de Inversión. Esta decisión, sin embargo, difiere entre persona y persona.
Tercer principio: La gente responde a incentivos
Desde que la gente toma decisiones comparando costos y beneficios, entonces su comportamiento puede cambiar cuando los costos o beneficios cambian. Sí el Gobierno había decidido emitir bonos, su decisión pudiera cambiar si repentinamente las tasas de interés suben pronunciadamente, dado que ello le resultaría financieramente más caro.
Precisamente, el rol esencial de los incentivos en influir en el comportamiento de la gente, es importante para los definidores de la política económica de un país. Estas políticas al alterar los costos y beneficios, moldean las decisiones privadas. Por ejemplo, un impuesto, o su aumento, que afecte las ganancias de capital en el mercado de valores, reduce la intención de invertir a través de dicho mercado.
Cuarto principio: El intercambio puede ser beneficioso para todos
Para entender este enunciado, tan sólo asumamos un escenario donde cada familia es autosuficiente, en el sentido de que produce cada una todos los bienes y servicios que necesita. Evidentemente esa capacidad de producir mayor variedad de bienes y servicios se verá limitada por la disponibilidad de recursos, principalmente el tiempo. A la vez será casi imposible que el producto generado sea de óptima calidad en todos los casos. Podemos deducir entonces, que será mas beneficioso para esta familia contar con la posibilidad de intercambiar bienes, para así concentrarse en lo que mejor pueden hacer. En otras palabras, el intercambio permite la especialización en la producción. Al vender el producto en el cual me especialicé, entonces podré adquirir una mayor gama de productos de acuerdo a mis necesidades y gustos.
En un mercado de valores, pueden existir administradores de inversión que se especializan en determinados tipos de valores y movilizan el mercado correspondiente (v. gr. Bonos, papeles comerciales, acciones, etc.); pero para cualquier inversionista será provechoso acceder a esta variedad para poder diversificar el riesgo.
Quinto principio: Los mercados son usualmente una buena manera de organizar la actividad económica.
En un mercado las decisiones se adoptan por miles de empresas y de personas. Las firmas deciden a quién contratar y que producir; las personas eligen donde buscar trabajo y que consumir. Cada una de estas unidades adopta sus decisiones buscando su mejor opción. Ellas interactúan en los mercados, y aunque se pudiera pensar que su carácter diseminado pudiera conducir al desorden; por el contrario se argumenta que una "mano invisible" ayuda a ordenar el funcionamiento de la economía.
La "mano invisible" actúa a través de incentivos, que son los precios de los bienes o servicios. Los precios reflejan el valor de un bien para la sociedad, así como su costo para producirlo.
Sexto principio: Los gobiernos pueden ocasionalmente mejorar los resultados del mercado
Suelen esgrimirse dos razones para que el gobierno intervenga en una economía, como son la promoción de eficiencia y la promoción de equidad.
En contraste a lo señalado, sí bien la "mano invisible" induce a una asignación de recursos que se considera la mejor posible, esto es eficiente; también se admite que algunas veces ello no ocurre porque existe una "falla de mercado". En lenguaje simple, se detecta una "falla de mercado" cuando los precios no reflejan correctamente el valor del bien para la sociedad como un todo, y por la tanto las decisiones que se toman no son las mas apropiadas. Un ejemplo típico es cuando existe contaminación y el costo del consumo del bien (ej. Cigarrillo) no sólo es su precio sino además el daño que genera al ambiente y otras personas. Para corregir esto se sugiere que intervenga el Gobierno, imponiendo impuestos por ejemplo (así disminuye el consumo del cigarrillo usado de ejemplo).
En los mercados de valores pueden ocurrir estas fallas porque la información es insuficiente y se corre el riesgo que se adopten decisiones incorrectas. Para enmendar ello es que se propulsa la Transparencia, y se instauran diversas exigencias de información tanto de carácter regular como esporádico.
Otra situación de estas fallas puede ocurrir cuando un intermediario financiero se sobrexpone asumiendo riesgos desmedidos en sus operaciones. Aunque ello sea su decisión privada, puede crearse un problema general (sistémico) sí éste intermediario luego incumple sus obligaciones. De allí surgen las reglas de prudencia que buscan acotar estos riesgos.
El sistema de precios
Cuando se analiza una determinada propuesta de política económica, se debe establecer no sólo el efecto inmediato, sino además los efectos de mediano y largo plazo; esto es no sólo las consecuencias primarias, sino también las secundarias.
En la sociedad en su conjunto, cabe preguntarse cómo se resuelve el problema de aplicaciones alternativas para el capital y el trabajo, de tal forma de satisfacer las distintas necesidades existentes. La solución se localiza en el sistema de precios. En efecto, se resuelve alterando las relaciones de costos de producción, precios y utilidades. Bien puede decirse que todo tiene un precio, cada bien, cada insumo y cada servicio. Cada quién recibe un precio por lo que vende y utiliza ese dinero para adquirir lo que se desea.
Los precios se determinan por la interacción entre oferta y demanda, y luego impactan en esa oferta y demanda. Así cuando un individuo desea mas de un bien, éste ofrece mas por él; de esta forma el precio del bien sube, ello incrementa las ganancias de las empresas productoras. Al ser mas rentable la producción, se incrementa la producción y la oferta del producto, lo cual induce una reducción del precio.
De similar forma cuando se produce demasiado de un bien, la abundancia hace que se esté dispuesto a pagar menos por el bien, lo que hará que los productores deseen ofertar menos de éste; y de esta manera el equilibrio se restituye.
Así, el sistema de precios resuelve el problema de que se produce, y la combinación de insumos que se utilizan para esta producción. El sistema impacta no sólo los precios, sino además los costos y las ganancias. Así por ejemplo, en un mercado de valores, la oferta y demanda de un valor determina el precio de un valor determinado; y de esta manera establece el costo financiero de la emisión y por tanto el resultado de la operación.
En el siguiente diagrama se ilustra de manera compacta el funcionamiento de los principales tipos de mercado y se resalta cómo la oferta y demanda determinan los precios.
La información como insumo esencial
Los principios económicos del mercado asumen que la información fluye sin costo y de manera continua. Sin embargo, la realidad evidencia que la información es costosa y no siempre esta disponible en forma suficiente. Incluso, como hemos anotado, esta imperfección puede justificar que el Gobierno intervenga para mejorar la situación.
El proceso de decisiones, que hemos venido mencionando, requiere de manera esencial de buena información para llevarse a cabo. De ser así, los recursos se orientan hacia sus mejores destinos alcanzando estándares de eficiencia. Considérese por ejemplo el mercado de valores, en el cual los inversionistas necesitan de adecuada información para poder administrar correctamente el riesgo de sus inversiones. De no ser este el caso, se asumirían riesgos excesivos; y además siendo que la información es accedida por un grupo minoritario se crean las condiciones de información privilegiada, que podría tener efectos inequitativos. Desde el punto de vista de la empresa, la falta de información aumenta la percepción de riesgo sobre esta empresa, implicando mayores costos financieros, lo cual provocará que la firma debe abstenerse de realizar determinadas actividades o proyectos. En consecuencia se produce menos, o se crece a menor ritmo.
Otra implicancia de la presencia de información suficiente es la ley de un solo precio. Esto es que sí la información fluye, no hay razón de que un mismo bien se negocie a precios distintos en los diferentes segmentos del mercado. Cuando la información no es adecuada, entonces se deben dedicar recursos para obtenerla y diseminarla. Ello a su vez crea espacios para el mercadeo, así como para la presencia de intermediarios comerciales.
En buena cuenta, la información no es perfecta en la economía real, y por tanto se justifica la necesidad de mecanismos o agentes que ayuden a conseguir mejor información. En el mercado de valores, la información es esencial en materia de administración de riesgos, y por tanto de eficiencia. Ante la imperfección, las entidades deben tomar acción para brindar mayor información y, a su vez, los agentes desempeñan un importante rol orientador por manejar, dada su especialización, mejor información.
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