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Agencias de Bolsa
El intermediario de valores es un agente autorizado a transar con valores, sobre el que recaen exigencias de solvencia; legal, económica, moral y profesional. Para quién participa en el mercado de valores, la elección del intermediario puede ser tan delicada como la del médico o el abogado personal; y a quién confiaremos parte de nuestro patrimonio. Se sugiere por tanto aplicar la regla de “conoce a tu intermediario’’.
Concepto y Funciones
Es quizás más común, en distintos mercados, hacer mención al agente de bolsa, la Agencia de Bolsa o incluso el broker; pero en todos los casos nos estamos refiriendo a un agente de intermediación o intermediario de valores. En general, este agente es una persona natural o una empresa autorizada para comprar y vender valores, usualmente por encargo de terceros, cobrando para sí una comisión por sus servicios.
Los intercambios de valores son la columna vertebral de este mercado y son realizados por los agentes de bolsa autorizados, por tanto, los agentes de bolsa promueven una relación entre los proveedores (ahorradores e inversionistas) y demandantes (empresas y gobierno) de recursos monetarios mediante la transacción de valores negociables o autorizados.
El intermediario transa en Bolsa, siempre y cuando esté asociado o sea miembro de ella, pero también teóricamente puede negociar fuera de ella, en especial los valores que no están inscritos en dicha bolsa. En todos los casos cobra una comisión por sus transacciones, y éstas pueden ser de diferente magnitud según el tipo de operación.
En algunos casos, el intermediario realiza transacciones por cuenta propia; es decir que se convierte en un inversionista más del mercado. Mas aún el intermediario de hoy efectúa variadas funciones y ofrece una gama de otros servicios, entre los que suelen encontrarse los siguientes:
• Asesoría de valores: para orientar a los inversionistas (actuales y potenciales), así como a los emisores de valores.
• Administración de cartera: Cuando el cliente entrega una determinada cantidad de dinero (o de valores), y permite que el intermediario adquiera distintos valores, conformando así una cartera o portafolio, modificándola (comprando o vendiendo valores) a efectos de obtener ganancias. Además el intermediario se encarga de resguardar o custodiar los valores en administración.
La experiencia internacional muestra que los intermediarios también realizan labores más especializadas, las que emergen de acuerdo al propio desarrollo del mercado. Entre estas otras podemos mencionar:
• Otorgamiento de créditos: Únicamente para darle liquidez a sus clientes a fin de que adquieran valores en el mercado.
• Préstamos de valores: Prestando los valores de sus clientes; previa autorización de éstos, para así cobrar una comisión y bajo el compromiso de que le sean devueltos en pocos días.
• Venta en corto (short- selling): Ocurre cuando el intermediario vende un valor que no posee, pero tiene la expectativa de conseguirlo de inmediato, realizando además una ganancia para sí. Esta es una operación que involucra cierta apuesta sobre el comportamiento del mercado e implica un claro riesgo.
Tipos de intermediarios
Los distintos mercados de valores han dado origen a diferentes tipos de intermediarios dependiendo de las funciones que se les permitían, fundamentalmente aquellas vinculadas a las transacciones de valores, o incluso de acuerdo a la especialización que desarrollaban. Revisemos brevemente los tipos más usuales.
La primera distinción básica ocurre entre lo que se conocen como minoristas (brokers) y mayoristas (dealers). En el primero de los casos se trata de intermediarios que sólo negocian por terceros e ingresan al mercado a vender o comprar el valor que le ha requerido su cliente. El mayorista en cambio, negocia para sí, manteniendo en stock tenencias de valores para ofrecerlos a quién desee adquirirlos, y comprando de quién desea vender; generando así liquidez para el valor que se transa. Cuando se permite que negocie para sí y también para terceros hace una función mixta de minorista- mayorista (broker- dealer).
El mayorista ejecuta una función de movilizador del mercado (market- maker), al darle continuidad al mismo. Una de las versiones particulares de este tipo de intermediario son los especialistas que operan en algunas bolsas importantes (el caso más conocido es el de la Bolsa de Nueva York). En este caso, el intermediario actúa como un mayorista pero sólo para algunos de los valores que están registrados en la bolsa pertinente. Entre los especialistas se distribuyen los valores inscritos; pudiendo actuar como intermediario de más de un valor. También se permite que un valor esté asignado a más de un especialista.
Es importante notar que no existe una modalidad de constitución universal para los intermediarios. En los diferentes mercados se puede encontrar tanto personas como empresas actuando como agentes. Lo relevante es que en cualquier situación las exigencias de solvencia y seguridad que pesa sobre los intermediarios suele ser un factor esencial para el buen funcionamiento del mercado, tal como pasamos a analizar en el acápite siguiente.
De otro lado debe tenerse presente que las tendencias actuales en cuanto a los importantes avances tecnológicos y en comunicaciones, vienen impactando la estructura de los mercados de valores en el mundo. De esta forma, se está permitiendo cada vez más la negociación de valores de manera remota por vía electrónica, aprovechando las ventajas del Internet. Todavía un segmento importante de estas transacciones se realizan por medio o usando de contrapartida a los intermediarios; habiendo éstos diseñado sistemas o mecanismos particulares de negociación de su propiedad.
Los intermediarios y las regulaciones
Por lo descrito hasta ahora debe ser evidente la delicada tarea que desempeña el intermediario. Ante ello las normas de mercado han impuesto distintas exigencias patrimoniales a los intermediarios, y adicionalmente los han sujetado a diversas obligaciones y prohibiciones, para de esta forma inspirar confianza y seguridad en el mercado. Estas normas pueden haber sido emitidas por la autoridad del mercado, o pueden haber emanado de un proceso de autorregulación de los propios intermediarios.
En cuanto a los requerimientos patrimoniales se acostumbra exigir un capital o patrimonio mínimo (esto es descontando las pérdidas), para que respalden el conjunto de operaciones que realiza el intermediario. También se suele imponer la constitución de garantías ya sea en el ámbito de cada agencia de bolsa, o en el ámbito de la bolsa donde actúan. Esta garantía cubre las situaciones en que los clientes denuncian una ejecución inadecuada de sus ordenes (es decir de manera distinta a lo que él ordenó ); debiendo previamente haber sometido su discrepancia a un proceso de arbitraje. De otro lado, a los intermediarios se les puede requerir que cumplan con ciertos indicadores de liquidez, para así evidenciar que cuentan con suficientes recursos disponibles de inmediato (equivalente al dinero en efectivo) para hacer frente a sus operaciones de compra y venta de valores.
En lo referente a las limitaciones o prohibiciones, la mayoría de ellas se orientan a proteger a los clientes de ciertas prácticas que pudieran tener los intermediarios, y que de hecho se consideran nocivas. Los valores propiedad de los clientes deben estar separados de los que pertenecen al intermediario. En esta línea, se exige que las transacciones de los clientes tengan prioridad sobre las que por cuenta propia efectúa la agencia de bolsa, y de que exista procedimientos transparentes de la secuencia de ejecución de las órdenes de clientes. En adición se prohíbe que los recursos de los clientes se destinen a propósitos diferentes de los encomendados. Por otro lado los intermediarios deben abstenerse de crear situaciones ficticias, de liquidez o de precio, en la negociación de un valor. En tanto que en ciertas regulaciones no se permite que los intermediarios puedan realizar ventas en corto, tal como es el caso en Bolivia.
¿Será suficiente entonces que el intermediario satisfaga las exigencias de la regulación para ser elegible por un cliente? En principio la respuesta es afirmativa; pero al igual que el intermediario aplica la regla “conoce a tu cliente” es muy recomendable que el cliente aplique, bajo la misma lógica, la regla “conoce tu intermediario”. Las consideraciones especiales a tener en cuenta se asocian principalmente a los siguientes factores:
• Experiencia: El intermediario y su equipo de gente deben contar con experiencia comprobada en el mercado; mejor aún sí tiene varios años en el mercado.
• Tamaño: En razón de que el intermediario se sostiene de las comisiones qué cobra, es preferible evitar aquél que cuente con pocos clientes.
• Relación de permanencia: Al escoger un intermediario es mejor pensar en que se desarrollará una relación de permanencia con él. Esto ayuda a una visión de mayor plazo, y ayuda a evitar los negocios basados en “grandes ofertas” que pueden perjudicar al cliente neófito.
• Entrevista: Tómese su tiempo y entrevístese con su intermediario. Conozca como trabaja, entérese como se organiza, como ejecuta y controla sus operaciones, y quienes lo apoyan en sus labores. Mantenga algún código de ética en su empresa. Deduzca si se sentirá a gusto como cliente del intermediario elegido.
Estos consejos para la selección de su agencia de bolsa le ayudan a tener la tranquilidad necesaria, para incorporarse al atrayente mundo del mercado de valores.
Los Intermediarios de Valores en Bolivia
Las agencias de bolsa son sociedades anónimas de objeto específico que para constituirse como tales deben cumplir o llenar los requisitos estipulados en la Ley del Mercado de Valores y disposiciones reglamentarias de la ASFI y de la Bolsa Boliviana de Valores S.A.(BBV).
Requisitos
Los requisitos que deben satisfacer las Agencias de Bolsa para operar son los siguientes:
• Poseer acciones de la Bolsa Boliviana de Valores S.A.
• Adquirir un puesto de bolsa en la BBV para poder realizar sus transacciones.
• Mantener un capital mínimo de 200.000 Derechos Especiales de Giro
• Poseer las autorizaciones tanto de la ASFI como del Directorio de la BBV.
• Estar inscrito en el Registro del Mercado de Valores
• Demostrar la solvencia moral y económica de sus Directores y ejecutivos
• Depositar las garantías de funcionamiento de acuerdo a Ley
Funcionamiento
La legislación en Bolivia admite como principales funciones de las Agencias de Bolsa las siguientes:
• Intermediar valores por cuenta de terceros
• Operar por cuenta propia
• Proveer servicios de asesoría en materia de intermediación de valores y de asesoría financiera
• Administrar inversiones en portafolio.
Las Agencias de Bolsa operan en las bolsas a través de sus Operadores de Ruedo, que son aquellas personas acreditada por la Agencia y autorizadas por la ASFI y las bolsas de valores, para ejecutar las órdenes de compra y venta de valores a favor de los clientes de las Agencias de Bolsa.
Organización
Por lo anterior, puede establecerse que las Agencias de Bolsa deben constituir estructuras institucionales que ayuden a configurar un mercado de valores eficiente. A fin de cumplir este cometido las Agencias de Bolsa nacionales deben poseer una adecuada formación de sus recursos humanos, técnicos y un adecuado patrimonio a fin de poder satisfacer la demanda de un mercado de valores aún incipiente pero en constante crecimiento.
Ahora bien, resulta evidente que el mercado de valores no sólo está al servicio de los inversionistas, sino también de las empresas que requieren obtener financiamiento atractivo y adecuado a sus necesidades, en plazos, términos y costos, por medio de la emisión de valores. Por tanto, la oferta del mercado está representada por las empresas que ofrecen valores de crédito (bonos) o de participación (acciones) para proveerse de recursos financieros con fines operativos o de recambio de pasivos. De esta manera, la emisión de valores amplía la actividad productiva de las empresas ya que así obtienen recursos para su crecimiento y desarrollo.
El rol de las Agencias de Bolsa no se limita a la simple transacción de valores. Su contratación como asesores en la estructuración de emisiones de valores permite a las empresas compatibilizar sus requerimientos de recursos financieros con las condiciones de mercado con relación al interés, plazo, garantías, requerimientos de información y trámites de autorización.
Para cumplir adecuadamente con sus objetivos, las agencias de bolsa han creado estructuras administrativas que les permiten cumplir las demandas de servicio con agilidad y permiten aprovechar los conocimientos de los profesionales que en ellas trabajan. Se presentan a continuación las áreas que en general suelen conformar la estructura administrativa de las Agencias de Bolsa:
Área de operaciones
Equivale al departamento de producción de una empresa, y su función es llevar a cabo las actividades necesarias para satisfacer a sus clientes en referencia a la provisión de instrumentos de inversión. Generalmente el área de operaciones se encarga de la negociación de valores en el ruedo de la Bolsa Boliviana de Valores y de la asignación de operaciones entre los clientes de acuerdo a sus órdenes de compra o de venta de valores.
Área de administración
Indispensable para la existencia y funcionamiento de la Agencia de Bolsa, esta área se encarga del manejo administrativo de las distintas actividades que realiza la empresa. El área realiza la liquidación y conciliación de las operaciones bursátiles realizadas por la Agencia de Bolsa.
Área de promociones
Cumple la función de departamento de ventas y generalmente está constituida por asesores de inversión quienes realizan actividades de mercadeo entre la clientela de la Agencia de Bolsa.
Área de emisiones
Brinda el asesoramiento necesario para el diseño, oferta pública y colocación de emisiones de valores, estructuración de procesos de titularización, etc.
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